Por Patricia Chiñas López
El hombre se hace hombre por los otros.
Tsonga
Gasali O. Adeyemo, es un hombre robusto y amable, venido de Santa Fe, Nuevo México pues ahí es donde radica, pero sus raíces son más lejanas. Tanto el cómo su colorante provienen de Nigeria, un país pequeño dentro de la gran cuna de todas y todos. África.
Reconocido por su trabajo textil, se ha preocupado por preservar las tradiciones de su pueblo y las enseñanzas de las mujeres: tanto de su familia, como de su aldea y los conocimientos transmitidos por sus maestras en este arte, fue invitado a celebrar el 7º aniversario del MTO (museo textil de Oaxaca), realizando un curso y una charla sobre su trabajo.
Nos comentaba que al llegar a Oaxaca se sintió instantáneamente en casa, a lo largo de la charla entendí porque. Las tradiciones, los colores, el orgullo de la identidad son cosas que vivimos naturalmente día a día en nuestra ciudad y en su país cada tribu -el pertenece a los Yoruba- viste de una manera diferente, cada familia crea sus propios diseños conservándolos de generación en generación, así que portar estos ropajes no es solo para cubrir una necesidad de abrigo, es portar toda una historia familiar y tribal. Hecho que compartimos ampliamente con cada traje regional que nos distingue.
Aunado a lo anterior, la planta de donde proviene el colorante es un regalo de la diosa lyamonpo que es medicinal además de proveedora del índigo, dicha planta crece sola. A diferencia de lo que pasa en otras tierras, en su país no se siembra, solamente se recolecta, cada año en el mes de agosto se realiza un gran festival llamado Osun para agradecer esta bendición que a la vez se festeja como un acto de amor de esta diosa para con los mortales, por lo que no solo se utiliza sobre los textiles, sino también sobre la piel.
Destacan tres técnicas en el trabajo elaborado por Gasali:
El batik, el adire y el tie-dye.
Por medio de las cuales se logran hermosos diseños y delicadas prendas que tuvimos oportunidad de admirar, tocar y gozar.